Washington.— En menos de 24 horas, Estados Unidos llevó a cabo dos ataques adicionales contra embarcaciones supuestamente vinculadas al narcotráfico en el océano Pacífico, uno de ellos frente a las costas de Colombia, informó el secretario de Defensa, Pete Hegseth. Con estas operaciones, suman nueve ataques extrajudiciales desde septiembre, con un saldo de al menos 37 civiles muertos.
“Estos ataques continuarán, día tras día. No son simples narcotraficantes, sino narcoterroristas que siembran muerte y destrucción en nuestras ciudades. Son la Al Qaeda de nuestro hemisferio y no escaparán a la justicia”, escribió Hegseth en X (antes Twitter), señalando que los operativos fueron autorizados directamente por el presidente Donald Trump.
En su mensaje, el secretario difundió un video donde se observa la explosión de una embarcación y reiteró que Washington no ofrecerá “refugio ni perdón” a quienes considere parte de las redes del narcotráfico.
Tensiones con Colombia
Uno de los ataques marcó un punto de inflexión, al reconocerse por primera vez que una de las operaciones ocurrió frente a las costas colombianas, lo que incrementó las tensiones diplomáticas entre Donald Trump y el presidente colombiano, Gustavo Petro.
Petro ha denunciado que las acciones de Washington violan la soberanía de Colombia, luego de que al menos dos de las embarcaciones destruidas podrían ser de ese país. En respuesta, Trump calificó al mandatario colombiano de “matón” y “mal tipo”, además de anunciar la suspensión de los pagos de ayuda estadounidense a Bogotá y advertir sobre “medidas muy severas” si continúan los roces.
La Casa Blanca, por su parte, ha amenazado con imponer aranceles de castigo a las exportaciones colombianas, aunque hasta ahora no se han concretado.
El más reciente operativo ocurre apenas dos días después de que el Pentágono informara sobre el séptimo ataque, en el que una embarcación vinculada al Ejército de Liberación Nacional (ELN) fue destruida, matando a tres personas.
Expertos en derecho internacional han advertido que la política de Trump podría violar los principios de soberanía y el derecho a la vida, al tratarse de ataques letales extrajudiciales fuera del territorio estadounidense.