La muerte del Papa Francisco deja al mundo no solo sin un líder espiritual carismático, sino también sin una de las voces más firmes en defensa del medio ambiente. Su encíclica Laudato si’, publicada en 2015, marcó un hito al impulsar una reflexión global sobre la crisis climática y promover la ecología integral como camino para la construcción de un mundo más justo y sostenible.
Especialistas como Fabián Campos y João Gutemberg Sampaio destacan que Laudato si’ no se limitó a advertir sobre el cambio climático, sino que propuso soluciones concretas y visibilizó problemáticas como la amenaza a la Amazonía. Gracias a este documento, surgieron movimientos y redes eclesiales que han promovido la defensa de la naturaleza y la desinversión en combustibles fósiles y minería.
El Papa Francisco, además, fortaleció la “Pastoral de Ecología Integral” en comunidades católicas y no católicas de todo el mundo, dando voz a regiones históricamente marginadas como la Amazonía. Su llamado sigue vigente: promover una “cultura del cuidado” que proteja a la biodiversidad y a los más vulnerables frente a los intereses extractivistas.
Hoy, su legado invita a redoblar esfuerzos para lograr una convivencia armónica entre todos los seres del planeta y asegurar un futuro más digno para las nuevas generaciones.