No todo son gráficas de la Reserva Federal o comunicados del Banxico para medir la salud financiera. Un indicador poco convencional, conocido como Stripper Index, se ha convertido en referencia informal para anticipar recesiones económicas: las propinas e ingresos de bailarinas y trabajadoras sexuales.
El razonamiento es sencillo: cuando los clientes reducen su gasto en entretenimiento para adultos, es señal de que los bolsillos se aprietan y los gastos discrecionales —viajes, ocio, lujos— se recortan primero. Así ocurrió antes de la crisis de 2008, cuando el sector reportó caídas notables en ingresos antes de que Wall Street reflejara la debacle.
Casos recientes refuerzan esta teoría. En Las Vegas, los clubes registraron una caída del 12% en ingresos en 2025. En Texas, la bailarina “Vulgar Vanity” documentó cómo sus ganancias bajaron de 43 mil dólares al mes en 2022 a 20 mil en 2023. Situaciones similares se han reportado en Europa, donde incluso burdeles legales reportaron pérdidas de hasta el 50% en temporada baja.
El Stripper Index no es el único indicador curioso. Está el índice del lápiz labial, que detecta un aumento en la compra de cosméticos accesibles cuando el lujo se vuelve inalcanzable; o el índice de la ropa interior masculina, citado por Alan Greenspan, que refleja cómo los hombres posponen su compra en tiempos de crisis.
Aunque no es oficial, el Stripper Index recuerda que la economía también se mide en los márgenes: en los bares, en las calles y en la propina diaria que refleja la confianza —o el miedo— de la gente al gastar.