Elon Musk, CEO de X, SpaceX y Tesla, y ahora futuro miembro del gabinete de Donald Trump, generó polémica tras realizar un gesto durante un evento en el Capital One Arena en Washington, tras la investidura del presidente republicano.
El gesto, descrito como un golpe al pecho seguido de una mano extendida con la palma hacia abajo, fue interpretado por algunos como un saludo nazi. Claire Aubin, historiadora especializada en nazismo, lo calificó como un “sieg heil”. En la misma línea, Ruth Ben-Ghiat, experta en fascismo, consideró el gesto “agresivo y simbólico”.
Reacciones divididas
Musk rechazó las acusaciones en su red social X, calificándolas de “trucos sucios”. Afirmó que este tipo de ataques están “demasiado vistos” y carecen de fundamento. La Liga Antidifamación (ADL), a pesar de ser crítica con Musk en el pasado, negó que el gesto fuera nazi, señalándolo como un “momento de entusiasmo”.
Sin embargo, figuras como Alexandria Ocasio-Cortez y el periodista Mike Stuchbery condenaron el acto, describiéndolo como un saludo “a lo Heil Hitler”.
Contexto personal
Algunos historiadores como Aaron Astor defendieron a Musk, argumentando que el gesto era más un reflejo de su “peculiaridad social” debido a su diagnóstico de Asperger, revelado en 2021.
La controversia deja preguntas abiertas sobre las intenciones de Musk y su impacto como figura pública en el contexto político actual.
