El empresario Elon Musk volvió a generar controversia al declarar que para lograr un verdadero impacto global es necesario trabajar al menos 100 horas a la semana. En una entrevista reciente, el fundador de Tesla, SpaceX y X aseguró que esa carga laboral fue clave en los momentos más críticos de sus empresas, llegando incluso a dormir en el piso de la fábrica y a superar las 120 horas semanales.
Musk, conocido por su ética laboral extrema, considera que en un mundo altamente competitivo, las transformaciones significativas requieren sacrificio total. Fragmenta su día en bloques de cinco minutos, duerme apenas seis horas y evita toda actividad que no considera productiva.
Sin embargo, sus declaraciones han encendido el debate. Mientras algunos lo admiran como un visionario incansable, otros lo critican por promover una cultura de trabajo insostenible. Especialistas en salud advierten que mantener jornadas tan largas puede provocar estrés crónico, fatiga, trastornos del sueño, problemas cardíacos y metabólicos, además de una disminución de la productividad a largo plazo.
En la mayoría de los países, como Argentina (48 horas semanales) o Estados Unidos (40 horas promedio), las leyes laborales establecen límites muy por debajo de lo que Musk propone. La OMS también desaconseja jornadas excesivas por sus efectos negativos en la salud física y mental.
A pesar de ello, el empresario insiste: si se quiere “hacer historia”, no hay lugar para horarios convencionales. Aun así, expertos recuerdan que la clave está en la eficiencia, el enfoque y el equilibrio, no en la cantidad de horas trabajadas.