Elon Musk rompe con Trump y deja su puesto en la Casa Blanca tras criticar su política fiscal

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El magnate sudafricano abandona el Departamento de Eficiencia Gubernamental, decepcionado con la burocracia y el gasto público del gobierno republicano

A solo un día de criticar la ambiciosa y controversial ley fiscal de la administración de Donald Trump, Elon Musk anunció oficialmente su salida de la Casa Blanca, donde ocupaba el puesto de “Empleado Gubernamental Especial” al frente del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

El anuncio fue hecho a través de su cuenta en la red social X, propiedad del propio Musk, en un mensaje en el que agradeció al presidente Trump “la oportunidad de reducir el gasto innecesario” y aseguró que la misión del DOGE “se fortalecerá con el tiempo”. La Casa Blanca confirmó más tarde que la salida tiene efecto inmediato desde la noche del miércoles.

El adiós de Musk representa el final de una de las incursiones más excéntricas de un empresario en la política estadounidense reciente. Llegó con la promesa de ahorrar billones de dólares al erario público, encabezando una operación para recortar personal y presupuesto en decenas de agencias gubernamentales. Sin embargo, los resultados no cumplieron sus propias proyecciones: apenas 175 mil millones de dólares detectados como “desperdicio”, lejos del billón prometido.

En una entrevista con CBS que saldrá completa este fin de semana, Musk expresó su decepción con la “gran y hermosa ley fiscal” de Trump, asegurando que “puede ser grande o puede ser hermosa, pero difícilmente ambas cosas a la vez”. El proyecto incluye recortes tributarios sin respaldo presupuestario y ha generado preocupación incluso entre senadores republicanos.

Aunque la Casa Blanca aseguró que la relación entre Musk y Trump “sigue siendo amistosa”, el distanciamiento es evidente. Musk, quien alguna vez fue un entusiasta colaborador de la campaña de Trump e incluso donó más de 260 millones de dólares a su regreso al poder, se va con el sabor amargo de un sistema político que no pudo cambiar.

Su breve estancia en Washington estuvo marcada por controversias: despidos masivos en el gobierno, fallos judiciales en contra, acusaciones de conflicto de interés y un desplome del 71% en las ganancias de Tesla durante el primer trimestre de 2025, en gran parte atribuibles al impacto reputacional de su cercanía con Trump.

En una de sus entrevistas más recientes, Musk reconoció que “dedicar tanto tiempo a la política fue un error”, y que lograr cambios reales en Washington es mucho más complejo que en una empresa de tecnología. “Se hace muy cuesta arriba lograr cosas aquí”, declaró.

El DOGE, creado por decreto presidencial, seguirá operando hasta el 4 de julio de 2026, pero su futuro sin Musk al frente es incierto. La administración Trump pierde no solo un rostro empresarial icónico, sino también a uno de sus aliados más ruidosos y polarizantes.


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