El expresidente boliviano Evo Morales denunció un presunto atentado en su contra, afirmando que un grupo de “hombres encapuchados” disparó contra su vehículo, hiriendo a su chófer, en un tramo entre Villa Tunari y Lauca Ñ, en Cochabamba. Morales, quien viajaba de copiloto, declaró a la radio Kawsachun Coca que el vehículo recibió 14 impactos de bala. “Esto estaba planificado, era para matar a Evo”, afirmó, responsabilizando indirectamente al presidente Luis Arce del ataque.
La situación se enmarca en una creciente tensión entre Morales y Arce, exaliados que ahora están enfrentados de cara a las elecciones de 2025. Morales, quien ha manifestado su intención de postularse, acusa al actual presidente de intentar frenar su movimiento político. Además, sus partidarios han bloqueado carreteras desde el 14 de octubre, generando una grave escasez de combustibles y el aumento de precios en productos básicos en varias ciudades.
El Ministerio de Relaciones Exteriores boliviano señaló en un comunicado que las acciones de Morales buscan desestabilizar el orden democrático del país. Mientras tanto, los bloqueos han causado pérdidas económicas por casi 1,200 millones de dólares, según el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, y persisten 16 puntos de bloqueo, principalmente en el departamento de Cochabamba.