Neria Pamela López Solís fue asesinada a balazos en la Ciudad de México, horas después de salir de una audiencia de custodia donde denunció que su expareja, Álvaro “N”, había abusado sexualmente de su hijo. El caso ha provocado indignación nacional por la actuación del juez Jorge Rodríguez Murillo, quien retiró la custodia a la madre y la otorgó al presunto agresor.
El colectivo feminista “50 más 1” y “Amor No Es Violencia” denunciaron que, pese a las advertencias públicas de Neria sobre el peligro que corría, ninguna autoridad brindó protección. La mujer fue ejecutada con al menos siete disparos cuando llegaba a su domicilio, según informó la colectiva.
Ambas organizaciones señalaron que este crimen no es un hecho aislado, sino el reflejo de un sistema de justicia que revictimiza a las mujeres que denuncian violencia familiar y sexual. “Es un sistema que no escucha a las madres protectoras y deja en la indefensión a quienes alzan la voz por la niñez”, señalaron en un comunicado.
Exigen una investigación imparcial, con perspectiva de género, sobre el feminicidio de Neria Pamela, así como la suspensión e indagación inmediata del juez que otorgó la custodia al presunto agresor. También piden medidas de protección para el menor y un alto a la criminalización de las madres que denuncian abusos hacia sus hijos.
El caso ha conmocionado a la sociedad mexicana, que una vez más se enfrenta a la realidad de un sistema judicial que, lejos de proteger, castiga a quienes buscan justicia.