La suspensión de exportaciones de ganado vivo a Estados Unidos por la detección del gusano barrenador ha golpeado de lleno a productores de Sonora, uno de los principales estados exportadores de México. Las pérdidas se agravan por la sequía que desde hace dos años reduce inventarios y encarece la producción.
Para enfrentar la crisis, ganaderos como Martín Ibarra Vargas han diversificado actividades, incursionando en apicultura, cría de borregos y venta de leche. Otros han abierto carnicerías premium para vender carne sonorense directamente al consumidor, aprovechando su reputación en calidad genética e inocuidad; algunos incluso han logrado colocar producto en mercados como Japón.
La incertidumbre se mantiene mientras Estados Unidos libera moscas estériles y México refuerza la vigilancia para erradicar la plaga. Sin la reapertura de la frontera, los productores advierten que el impacto económico será irreversible para muchos.