La administración de Donald Trump presentó la declaratoria de culpabilidad de Ismael “El Mayo” Zambada como un “triunfo sin precedente” contra el narcotráfico, asegurando que marca el inicio del fin del Cártel de Sinaloa. La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, y el jefe de la DEA, Terrance Cole, destacaron el hecho como prueba de que “nadie está fuera del alcance de la justicia estadounidense”, aunque olvidaron mencionar la cooperación mexicana hasta que fueron cuestionados por la prensa.
En conferencia en Brooklyn, Bondi calificó a Zambada como “narco-terrorista” y aseguró que morirá en una prisión federal. Señaló que el capo y Joaquín “El Chapo” Guzmán fundaron una organización responsable de inundar a Estados Unidos con cocaína, heroína y fentanilo, además de haber operado con extrema violencia y sobornos a altos niveles del gobierno mexicano.
El discurso formó parte de la narrativa de Trump que vincula al narcotráfico con el terrorismo, lo que permite justificar recursos militares y acciones unilaterales. Bondi resaltó que México ha extraditado a más de 50 líderes criminales, aunque solo al final reconoció el papel de las autoridades mexicanas tras la pregunta de un reportero sobre la postura de la presidenta Claudia Sheinbaum.