Por: Raúl Gatica
La reciente comparecencia del secretario de Turismo de Guerrero, Simón Quiñonez, ante el Congreso del Estado marcó un hito al presentar los cuatro ejes estratégicos que sustentan la nueva política turística de la administración de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda. Estos ejes buscan redefinir el turismo en Guerrero, un estado cuya belleza natural y cultural ha sido, por décadas, un pilar económico y social, pero que ahora enfrenta nuevos desafíos y oportunidades.
La Descentralización del Turismo, como primer eje, muestra una visión audaz y necesaria. Durante años, Guerrero ha concentrado sus esfuerzos turísticos en destinos clásicos como Acapulco, Taxco e Ixtapa-Zihuatanejo. Ampliar la oferta a los 49 municipios con vocación turística podría diversificar la economía local y ofrecer nuevas experiencias a los turistas, siempre y cuando se garantice la infraestructura, la conectividad y la capacitación necesarias para que estas regiones sean verdaderos imanes turísticos.
El segundo eje, la Protección y Asistencia al Turista, responde a una necesidad crítica. La percepción de seguridad en Guerrero ha sido un obstáculo para su desarrollo turístico. Crear un entorno más seguro para los visitantes es esencial, pero más allá de la seguridad, la experiencia del turista debe ser enriquecedora y memorable. Aquí el reto es equilibrar la protección con una hospitalidad cálida y profesional que haga que los visitantes se sientan bienvenidos y valorados.
La Promoción Turística, el tercer eje, es el alma de cualquier estrategia exitosa. Sin embargo, la clave estará en cómo Guerrero compita en un mercado nacional e internacional cada vez más saturado. Apostar por campañas creativas, apoyadas en tecnología y marketing digital, será vital. El mensaje debe ser claro: Guerrero no es solo sol y playa, es historia, tradición, gastronomía y cultura.
Finalmente, el eje dedicado a “Acapulco se Transforma Contigo” es una apuesta ambiciosa para reposicionar uno de los destinos más icónicos de México. Pero Acapulco necesita más que promoción; requiere una transformación integral que aborde temas de infraestructura, seguridad y sostenibilidad.
En conclusión, la política turística presentada es un paso valiente hacia un nuevo Guerrero turístico. No obstante, su éxito dependerá de la capacidad para transformar la visión en realidad mediante una implementación efectiva y sostenible. La oportunidad está sobre la mesa, pero el verdadero desafío será convertir estas propuestas en resultados tangibles que beneficien no solo a los turistas, sino también a la población local. Guerrero tiene el potencial de convertirse en un referente turístico nacional e internacional, siempre y cuando el compromiso y la acción acompañen a las buenas intenciones.
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