En los últimos años, el sector hotelero de lujo en México ha experimentado un crecimiento acelerado. La falta de permisos de construcción en la Ciudad de México, el declive del mercado de oficinas y el aumento del turismo post-pandemia han impulsado a inversionistas a explorar nuevas oportunidades en la hotelería de alta gama.
Si bien destinos como Cancún, Riviera Maya, Los Cabos y Puerto Vallarta siguen dominando la industria, ciudades emergentes como San Miguel de Allende, Mazatlán y Puerto Escondido han comenzado a atraer inversiones con propuestas diferenciadas. Asimismo, el fenómeno del nearshoring ha incentivado la construcción de hoteles en centros industriales y ciudades fronterizas como Tijuana, Querétaro y León.
Un factor determinante en este auge es la conectividad aérea. La expansión del aeropuerto de Puerto Vallarta y la construcción del nuevo aeropuerto en Tulum son ejemplos de inversiones en infraestructura que facilitan el crecimiento del sector hotelero en estas regiones.
Residencias con marca hotelera: el nuevo modelo de negocio
Uno de los formatos más exitosos en la industria es la integración de hoteles de lujo con residencias de marca. Este modelo permite a los desarrolladores financiar parcialmente la construcción del hotel a través de la preventa de unidades residenciales, diversificando ingresos y mejorando la rentabilidad del proyecto.
Este concepto ha sido particularmente rentable en Los Cabos, donde los precios de estas residencias alcanzan cifras elevadas y están dirigidas principalmente a inversionistas estadounidenses.

Arquitectura y sustentabilidad en la hotelería de lujo
La nueva ola de desarrollos hoteleros de lujo en México prioriza una arquitectura contextual y atemporal que armoniza con el entorno natural. En lugar de diseños ostentosos, los arquitectos buscan crear espacios que se integren con el paisaje, respetando la topografía y la naturaleza local.
A la par, la sustentabilidad se ha convertido en un pilar fundamental. Desde el uso de materiales locales hasta la implementación de energías renovables y sistemas de reciclaje de agua, los hoteles de lujo buscan reducir su impacto ambiental y ofrecer experiencias alineadas con la conciencia ecológica de los huéspedes.
La incorporación de tecnología es clave para mejorar la experiencia del huésped. Funciones como check-in digital, control automatizado de iluminación y temperatura en habitaciones, y asistentes virtuales personalizados están redefiniendo el concepto de lujo.
A pesar del crecimiento del sector, existen desafíos importantes como la escasez de mano de obra calificada y los elevados costos de construcción en destinos remotos. No obstante, las proyecciones son optimistas, con planes de expansión hacia otros mercados en Latinoamérica como Guatemala, Colombia y Costa Rica.
Foto: Tres Vidas Acapulco