La influenza A H3N2, también conocida como H3N2v cuando proviene de variantes asociadas a animales, se ha convertido en tema de atención internacional debido al aumento de contagios y a la aparición de subvariantes como el subclado K y la cepa Darwin. Este subtipo, identificado por primera vez en cerdos de Estados Unidos en 2010, contiene el gen M del virus pandémico H1N1, lo que incrementa su capacidad de transmisión entre humanos, explicaron especialistas de la Universidad de Guadalajara.
El término “supergripe” no es oficial ni médico, pero ha sido adoptado por medios de comunicación debido a que esta variante está provocando cuadros clínicos más intensos y prolongados que otros subtipos, además de una rápida propagación. Su impacto en hospitales y la severidad de los síntomas han contribuido a esta percepción pública.
Entre los síntomas más comunes destacan fiebre mayor a 39°C, dolor de articulaciones, tos intensa y frecuente, pérdida del apetito, dolor de cabeza, congestión nasal, estornudos, malestar general y dolores musculares. Aunque muchos de estos se presentan también en otras gripes, su intensidad es lo que suele alertar a pacientes y especialistas.
La Universidad de Guadalajara recomienda vacunarse contra la influenza —efectiva contra los virus A(H1N1), A(H3N2) y la influenza estacional—, ya que reduce hasta un 90% el riesgo de neumonía y entre 50% y 60% el riesgo de muerte. También sugiere evitar saludos de beso o mano, mantener una buena higiene, consumir alimentos ricos en vitaminas A y C, usar cubrebocas, no automedicarse y acudir al médico si aparece alguno de los síntomas.