El asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, colaboradores cercanos a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, ocurrido el pasado 20 de mayo en Calzada de Tlalpan, ha tomado un giro inesperado: dos mandos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) están bajo investigación por presuntamente alterar la escena del crimen.
A través de redes sociales se difundieron imágenes que muestran a las oficiales —la jefa del sector Nativitas y la encargada de patrullas Delta— moviendo un casco y un chaleco presuntamente dejados por los agresores. La SSC confirmó que, además de colaborar con la Fiscalía capitalina, abrió una investigación interna para deslindar responsabilidades administrativas.
La dependencia también anunció un ajuste en su cuadro de mandos para reforzar la estrategia de seguridad instruida por Brugada Molina, quien ha reiterado su compromiso con la justicia en este caso.
Paralelamente, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México investiga el entorno personal y laboral de las víctimas para esclarecer el móvil del ataque. De acuerdo con el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez, ya se identificó a cuatro presuntos involucrados que huyeron hacia el Estado de México. Además, se detectó que uno de ellos realizó labores de vigilancia días antes del crimen, lo que apunta a una planificación previa, pero no a un seguimiento de largo plazo.
Hasta ahora, las autoridades descartan vínculos con el crimen organizado, pese al contexto de violencia reciente en la capital.