Este miércoles entró en vigor un cese al fuego entre Israel y Hezbolá, poniendo fin a más de un año de tensiones y dos meses de guerra en la frontera con Líbano. La tregua, negociada por Estados Unidos y Francia, busca aliviar el conflicto en la región y permitir que Israel se concentre en la lucha contra Hamás en Gaza y en las tensiones con Irán.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agradeció al presidente estadounidense, Joe Biden, por su papel en el acuerdo, destacando que Israel mantendrá “libertad de acción” en Líbano si Hezbolá viola la tregua. El alto el fuego, de 60 días, contempla la retirada de Hezbolá e Israel del sur de Líbano, donde tropas libanesas se desplegarán para asegurar la zona.
Consecuencias del conflicto
Desde octubre de 2023, cerca de 3,800 personas han muerto en Líbano y 900,000 han sido desplazadas, según la ONU. En Israel, 47 civiles y 82 militares han fallecido en el mismo periodo. La guerra ha tenido un fuerte impacto humanitario, con Israel lanzando bombardeos y una operación terrestre en Líbano para neutralizar a Hezbolá y proteger sus fronteras.
Mientras tanto, la ofensiva israelí en Gaza continúa, con más de 44,000 muertos desde el inicio del conflicto en respuesta al ataque de Hamás en octubre de 2023, que dejó más de 1,200 víctimas israelíes.
El acuerdo, considerado clave para la estabilidad regional, podría evitar una escalada mayor, aunque la tensión en la zona sigue siendo alta.