Durante su visita oficial al Parlamento de Israel, el presidente de Argentina, Javier Milei, arremetió contra la activista sueca Greta Thunberg, a quien calificó como una “exactivista climática que se convirtió en una mercenaria”. Sus declaraciones se dieron luego de que Thunberg fuera deportada de Israel por participar en la llamada Flotilla de la Libertad rumbo a Gaza.
Milei acusó a Thunberg de actuar bajo instrucciones de “la izquierda internacional a cambio de prensa y cámaras”, y desestimó su denuncia sobre haber sido secuestrada por las autoridades israelíes, afirmando que su comportamiento fue solo una “performance de victimización”.
El presidente argentino contrastó la situación de la activista con la de los rehenes aún en manos de Hamás, destacando que cuatro argentinos continúan secuestrados en Gaza y denunciando las condiciones inhumanas en las que se encuentran.
Greta Thunberg, tras llegar a París desde Tel Aviv, reiteró que su detención y la de los otros 11 activistas fue ilegal. El grupo navegaba con ayuda humanitaria rumbo a la Franja de Gaza a bordo del barco Madleen, con el objetivo de romper el bloqueo impuesto por Israel al enclave palestino.