El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue señalado por un juez federal de Massachusetts de haber violado una orden judicial tras expulsar a ocho migrantes —entre ellos dos cubanos y un mexicano— hacia Sudán del Sur, un país envuelto en un grave conflicto armado.
El juez Brian Murphy expresó durante una audiencia de emergencia que la deportación “obviamente” desobedeció un mandato previo de la corte que impedía al gobierno trasladar migrantes a terceros países sin antes permitirles defender sus casos. Según el magistrado, los migrantes no tuvieron una “oportunidad significativa” de oponerse a su expulsión.
La acción fue denunciada por organizaciones defensoras de derechos humanos, quienes recurrieron a la justicia para evitar que al menos dos de sus representados fueran enviados a un país que el propio Departamento de Estado califica como altamente peligroso.
La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, confirmó que el vuelo partió desde Texas, pero se negó a revelar el destino final, alegando razones de seguridad. No obstante, aseguró que los migrantes continuaban bajo custodia estadounidense. Añadió que todos los expulsados tenían antecedentes penales graves, incluyendo asesinato y robo a mano armada.
Entre los deportados se encuentran personas originarias de Cuba, México, Laos, Birmania, Vietnam y Sudán del Sur. En concreto, el mexicano identificado como Jesús Muñoz Gutiérrez figura entre los trasladados a ese país africano, donde la violencia generalizada ha obligado a Estados Unidos a retirar recientemente a su personal no esencial.
Además, se reveló que el gobierno estadounidense ha negociado acuerdos con países como El Salvador para albergar a migrantes deportados. En marzo, más de 200 personas, en su mayoría venezolanos, fueron enviadas a una megacárcel salvadoreña, incomunicadas de sus familias y defensores legales, bajo un pacto no revelado entre Trump y el presidente Nayib Bukele.