La bandera del Sombrero de Paja, emblema del anime One Piece, se convirtió en uno de los símbolos más visibles de la marcha de la llamada Generación Z en México, una movilización convocada para exigir la revocación de mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum. El fenómeno no es aislado: forma parte de una tendencia global en la que jóvenes usan íconos de la cultura pop para expresar inconformidad política.
La cuenta Generación Z México reactivó su actividad a mediados de octubre con imágenes de la calavera de Monkey D. Luffy modificada con bigote y sombrero charro, despertando la atención de miles de usuarios. Posteriormente difundió un video creado con inteligencia artificial, en el que dos figuras enmascaradas llamaban a la movilización. La estética inspirada en anime y la narrativa visual generaron dudas sobre la autenticidad del movimiento, incluso entre jóvenes.
A través de redes sociales, el colectivo difundió posters estilo “Wanted” de One Piece con figuras políticas mexicanas, entre ellas Andrés Manuel López Obrador y la propia Sheinbaum. Aunque el grupo se deslindó de convocatorias no autorizadas, mantuvo su postura crítica y exigió responsabilidades tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.
El uso de la bandera no es casual. Para la Generación Z, formada entre 1997 y 2012, los lenguajes digitales son herramientas de identidad política. La Jolly Roger de Luffy representa para muchos la búsqueda de libertad, la resistencia a sistemas opresivos y la defensa de los vulnerables: una metáfora que se ha vuelto común en protestas juveniles alrededor del mundo.
En 2025, la calavera apareció también en manifestaciones de Indonesia y Nepal, así como en protestas previas en Francia, Filipinas y Madagascar. En algunos casos, como en Madagascar, los jóvenes incluso han adaptado el símbolo a su cultura local cambiando el sombrero de paja por un satroka tradicional. En Indonesia, el emblema se utilizó junto a la bandera nacional en marchas anticorrupción, un gesto que lo catapultó a la visibilidad global.
De acuerdo con el medio alemán DW, su fuerza simbólica proviene del enorme alcance del manga: One Piece ha vendido más de 500 millones de copias y suma más de 1,000 episodios en televisión. Investigadores citados por ese medio destacan que Luffy encarna valores que resuenan con los manifestantes: libertad individual, oposición a gobiernos corruptos y solidaridad con quienes enfrentan injusticias.
Dentro del canon del anime, la bandera del Sombrero de Paja representa la identidad pirata de Luffy y su tripulación, marcada por la aventura, la resistencia y el desafío a la autoridad. Esa narrativa ha sido adoptada por jóvenes en distintas regiones como bandera de inconformidad.
En paralelo al fenómeno político, One Piece mantiene su impacto en el entretenimiento: Netflix estrenará su segunda temporada live-action el 10 de marzo de 2026, filmada en Sudáfrica, España y México. El elenco encabezado por Iñaki Godoy regresará para esta entrega titulada Into the Grand Line, compuesta por ocho episodios. Además, la plataforma ya confirmó que la tercera temporada iniciará producción a finales de 2025 en Sudáfrica.