La falta de conciencia digital está poniendo a millones de usuarios en riesgo, y hoy los ciberdelincuentes necesitan muy poca información para lanzar ataques efectivos. De acuerdo con expertos como Armas, el foco criminal dejó de ser atacar sistemas corporativos —blindados con múltiples barreras— y pasó a centrarse en las personas, “los dueños de las llaves”. Obtener una contraseña válida o un dato clave es mucho más fácil que vulnerar un sistema.
Los atacantes aprovechan la información pública que los usuarios comparten en redes sociales. Con apenas tres datos básicos —correo electrónico, nombre completo y puesto laboral— pueden perfilar ataques altamente efectivos. Entre los datos más buscados están credenciales de acceso, información financiera, identificaciones personales, preguntas de seguridad y medios de contacto.
La facilidad para obtener estos datos se refleja en el crecimiento del phishing. Solo en el primer semestre del año se detectaron más de 4 millones de amenazas en México, con un costo promedio de 8,000 pesos por víctima, según ESET.
Pero la preocupación crece hacia 2026: la automatización del cibercrimen usando modelos de inteligencia artificial permitirá ejecutar ataques completos en cuestión de horas. Sistemas generativos ya pueden producir miles de tareas simultáneamente, desde investigar perfiles hasta redactar mensajes de suplantación extremadamente convincentes.
La empresa Gen —matriz de Norton y Avast— registró entre julio y septiembre 140,000 sitios de phishing generados por IA y un aumento del 82% en violaciones de seguridad. Este nuevo tipo de fraude, conocido como VibeScams, imita casi perfectamente a marcas reales y se enfoca más en la persuasión que en la programación.
Los expertos advierten que ahora es casi imposible distinguir si detrás de un mensaje hay un humano o una máquina. La IA funciona como una fábrica masiva capaz de producir millones de “llaves maestras digitales” que encajan de forma precisa en cada víctima potencial.
