A cien días de su elección, el papa León XIV comienza a marcar el rumbo de su pontificado con un estilo sereno y reservado, en contraste con la espontaneidad de Francisco. Su mensaje ha sido claro: un papado sin protagonismos personales, centrado en la unidad y la tradición.
Entre sus primeras decisiones destacan la consolidación de la agenda ambiental con un campo solar de 430 hectáreas al norte de Roma, que busca hacer del Vaticano el primer Estado carbono neutral, así como la primera misa de inspiración ecológica. También reforzó la transparencia financiera y confirmó a John Henry Newman como doctor de la Iglesia.
León, de 69 años y con raíces agustinianas, ha evitado gestos mediáticos y mantiene un tono conciliador. Para analistas, su pontificado se perfila como una “lluvia serena” que busca dar continuidad y estabilidad tras las intensas reformas de Francisco.