El 26 de junio, fue el Día Internacional de Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, la Conferencia del Episcopado Mexicano eleva su voz en oración y reflexión ante el impacto del tráfico de drogas en nuestra nación. Este problema desafía profundamente no solo a México, sino a todo el continente.
En el comunicado episcopal, la iglesia externa que el narcotráfico ha afectado severamente nuestro tejido social y la seguridad de todos. Nos recuerda las palabras del profeta Isaías: «El fruto de la justicia será la paz, y el servicio de la justicia será tranquilidad y seguridad para siempre» (Is 32, 17).
México está en un momento crucial de reflexión y renovación tras el reciente proceso electoral. Tenemos la oportunidad de fortalecer nuestras instituciones y promover el bien común, trabajando juntos en un espíritu de apertura y respeto mutuo.
Creemos que, unidos, podemos desarrollar estrategias que fortalezcan el tejido social, promuevan la legalidad, y ofrezcan alternativas a nuestros jóvenes. Como Iglesia, estamos comprometidos a ser parte activa de este diálogo, aportando nuestra visión para construir un México más justo, seguro y próspero.
Cada vida es un regalo precioso de Dios. San Pablo nos recuerda que nuestro cuerpo es «templo del Espíritu Santo y Dios habita en él» (1 Cor 6,19). Que esta realidad ilumine nuestra dignidad y nos inspire a unir esfuerzos para erradicar el narcotráfico y sus devastadoras consecuencias.