La tensión entre Caracas y Washington volvió a escalar tras nuevas declaraciones del gobierno estadounidense, que acusa a Venezuela de ser un “Estado narcoterrorista” aliado de las guerrillas colombianas. En respuesta, el presidente Nicolás Maduro convocó a la población a sumarse de manera voluntaria a la Milicia Nacional Bolivariana y a los dispositivos de seguridad comunitarios, en un intento de mostrar fuerza y cohesión frente a lo que calificó como amenazas de invasión.
El mandatario aseguró que activó el Sistema Defensivo Nacional, que integra estructuras políticas, militares y civiles, en sesión permanente. Afirmó que Venezuela saldrá victoriosa ante “las amenazas criminales del imperialismo”. A la par, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, advirtió a Estados Unidos que no intente intervenir en territorio venezolano, mientras la vicepresidenta Delcy Rodríguez rechazó los señalamientos de la DEA como un “grosero ardid” para justificar una agresión.
La crisis ha provocado reacciones internacionales. Gobiernos miembros del ALBA-TCP expresaron su respaldo a Maduro y condenaron el despliegue militar estadounidense en el Caribe. Desde Colombia, Gustavo Petro desmintió la narrativa de Washington sobre el supuesto “cártel de Los Soles”, mientras Brasil llamó a combatir el narcotráfico mediante cooperación y no con intervenciones. China e Irán también condenaron la postura estadounidense, señalándola como una violación a la soberanía venezolana y al derecho internacional.