El número de víctimas por el terremoto de magnitud 7,7 que sacudió Birmania el pasado viernes ha superado las 2.065 muertes, informaron este lunes las autoridades locales. Con cientos de desaparecidos y más de 3.900 heridos, los equipos de rescate trabajan contra el tiempo en medio de condiciones adversas.
El sismo provocó el colapso de edificios, puentes y carreteras, dejando a miles de personas atrapadas bajo los escombros. En Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, el calor extremo —con temperaturas cercanas a los 40 °C— complica las labores de búsqueda y acelera la descomposición de los cuerpos.
La junta militar que gobierna Birmania decretó una semana de luto nacional, con banderas a media asta en honor a las víctimas. Mientras tanto, organismos internacionales han comenzado a coordinar el envío de ayuda, aunque la respuesta se ha visto limitada por la crisis política y el conflicto armado que atraviesa el país desde el golpe de Estado de 2021.
El terremoto también causó estragos en Tailandia, donde el colapso de un edificio en construcción de 30 pisos en Bangkok dejó al menos 19 muertos y decenas de desaparecidos. Equipos de emergencia han desplegado drones con cámaras térmicas y perros rastreadores en un intento por localizar sobrevivientes entre los escombros.
La comunidad internacional ha expresado su solidaridad con las víctimas, mientras que expertos advierten que la cifra de fallecidos podría seguir en aumento en las próximas horas.
Imagen: Myo Kyaw Soe/AP Photo/picture alliance