Las constantes alzas en los precios de las plataformas de streaming, como Netflix, han provocado que los mexicanos reconsideren el valor de suscripciones pagadas frente a la televisión abierta, según Radamés Camargo, analista de la consultora The Ciu. Camargo explicó que los cambios en los modelos de negocio de las plataformas de streaming han reducido la diferencia principal entre ellas y la televisión abierta: la ausencia de publicidad. Ahora, con ambos formatos ofreciendo comerciales, muchos usuarios se cuestionan si vale la pena seguir pagando.
La televisión abierta ha adaptado su estrategia, combinando sus formatos tradicionales con una presencia en redes sociales, como TikTok, y reforzando su programación con deportes y reality shows. Este enfoque ha revitalizado la TV abierta, atrayendo a una audiencia que busca entretenimiento gratuito y accesible.
Los datos respaldan esta tendencia. Según Nielsen, en junio de 2024, la televisión abierta representó el 51.6% del consumo total de TV, mientras que el streaming ocupó solo el 17.6%. Esto contrasta con marzo del mismo año, cuando la televisión tenía un 33% de la audiencia y el streaming un 26.1%. Estos números reflejan una clara preferencia por la televisión abierta, especialmente entre aquellos que buscan opciones más asequibles.
El aumento constante en los precios de los servicios de streaming está limitando su accesibilidad, especialmente para hogares con ingresos medios o bajos.
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