En un hecho histórico para la cooperación ambiental entre México y Estados Unidos, ambos gobiernos firmaron este jueves un memorando de entendimiento para frenar la contaminación del Río Tijuana, uno de los cauces binacionales más afectados por aguas residuales. La inversión conjunta asciende a 693 millones de dólares y contempla al menos 13 proyectos clave de infraestructura para tratar y conducir aguas residuales de manera segura.
El acuerdo, calificado como el primero en su tipo entre los gobiernos de Claudia Sheinbaum y Donald Trump, busca frenar el vertido de aguas negras tanto del lado mexicano como del estadounidense. Esta contaminación ha afectado por años a comunidades fronterizas y a las playas del sur de California, generando daños ambientales y riesgos a la salud pública.
Durante la ceremonia de firma, la secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, destacó que con esta alianza se impulsará una agenda binacional sólida para atender de raíz la problemática. México aporta ya la planta de tratamiento de San Antonio de los Buenos, con capacidad para procesar 800 litros por segundo y que implicó una inversión de 38 millones de dólares, así como la rehabilitación de varias plantas de bombeo estratégicas.
Del lado estadounidense, se avanza en la modernización de la planta internacional de South Bay, en San Ysidro, y se contempla una ampliación significativa de sus capacidades.
Infraestructura y tecnología para limpiar el cauce
Los 13 proyectos anunciados contemplan obras que se ejecutarán entre 2026 y 2027, incluyendo mejoras a las plantas Arturo Herrera y La Morita, la conducción de aguas tratadas hacia la presa Abelardo Rodríguez, y la evaluación de un posible emisor submarino que llevaría agua limpia al océano de forma segura.
También se implementará un sistema de monitoreo en tiempo real para evaluar permanentemente la calidad del agua del Río Tijuana, evitando futuros focos de contaminación.
El acuerdo fue firmado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), con apoyo técnico y financiero del Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN) y la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
Un modelo de cooperación ambiental
Efraín Morales, titular de Conagua, afirmó que este acuerdo sienta las bases para un modelo de gestión binacional replicable en otras cuencas compartidas. El convenio también contempla reuniones periódicas entre autoridades de ambos países para dar seguimiento a las metas ambientales y acelerar la ejecución de obras.
Con estas acciones, México y Estados Unidos buscan proteger no solo a los ecosistemas y playas del Pacífico, sino también la salud de millones de personas que viven en esta región fronteriza.
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