Un escándalo sacude a la NFL tras revelarse que más de 100 jugadores de al menos la mitad de los 32 equipos están siendo sancionados por revender sus entradas asignadas para el Super Bowl LIX por encima de su valor nominal, violando una política claramente establecida por la liga.
De acuerdo con una investigación revelada por ESPN, los involucrados serán multados con el equivalente a 1.5 veces el valor original de los boletos y perderán el derecho a recibir entradas para los próximos dos Super Bowls. Aquellos que rechacen la sanción podrían ser suspendidos por el comisionado Roger Goodell.
El informe también detalla que varios jugadores y empleados colaboraron directamente con intermediarios conocidos como “empaquetadores”, quienes luego revendían las entradas a precios exorbitantes. Antes del encuentro entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles en febrero en Nueva Orleans, los boletos llegaron a cotizarse entre los 2,500 y más de 10,000 dólares en plataformas alternativas.
La directora de cumplimiento de la NFL, Sabrina Perel, advirtió en un memorando que los empleados y jugadores que hayan tenido un papel más activo en esta red de reventa enfrentarán sanciones más severas. También anunció que, de cara al Super Bowl LX, la liga reforzará la capacitación obligatoria para prevenir este tipo de prácticas.
Esta política está contemplada en el Convenio Colectivo de Trabajo y prohíbe expresamente que jugadores y empleados vendan boletos por encima del valor nominal o del precio que pagaron por ellos, lo que sea menor. La medida busca proteger a los aficionados y evitar que miembros de la liga se lucren indebidamente.
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