Los aranceles de entre 10% y 50% que México impondrá a partir de 2026 a 1,371 fracciones arancelarias —principalmente de origen chino— afectarán directamente a las familias y a la competitividad de la industria nacional, advirtió el economista Pablo Cotler, académico de la IBERO.
De acuerdo con el especialista, si se trata de productos terminados, como autos eléctricos, los consumidores enfrentarán precios más altos; mientras que, en el caso de insumos industriales, la producción mexicana se encarecerá y las exportaciones perderán competitividad. “El consumidor paga la factura y la industria pierde dinamismo”, afirmó en entrevista.
El gobierno federal argumenta que la medida busca proteger a sectores como el automotriz, textil, siderúrgico, plástico, aluminio, calzado y electrodomésticos. Sin embargo, Cotler considera que el objetivo principal es recaudatorio: “Lo que se busca son ingresos adicionales; la protección a la industria es un efecto secundario”.
El académico alertó además que este giro proteccionista podría ser visto como una señal de debilidad frente a Estados Unidos y un intento de alinearse con la política comercial de Donald Trump. También advirtió sobre el riesgo de represalias de China, que ya anunció que defenderá sus intereses.