Desde el fin del cese al fuego en Gaza el pasado 18 de marzo, la ONU estima que al menos 500,000 personas han sido desplazadas nuevamente, agravando una crisis humanitaria que ya era crítica. Así lo informó este miércoles Stephanie Tremblay, portavoz del Secretario General António Guterres.
“Esto se suma a los cientos de miles que ya habían sido desarraigados antes del alto al fuego”, señaló Tremblay en conferencia de prensa. La situación en los asentamientos de desplazados, como en Khan Younis, es alarmante: miles de personas sobreviven en refugios saturados, sin acceso adecuado a agua potable, alimentos, medicamentos ni atención médica.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha advertido que los niveles de desnutrición aguda han aumentado, especialmente entre niños. El número de menores que reciben alimentación suplementaria cayó en más de dos tercios en las últimas semanas.
Las restricciones al acceso humanitario han afectado seriamente la capacidad de reabastecer hospitales y centros de salud, donde la escasez de insumos médicos pone en peligro la vida de muchos pacientes. Además, los suministros alimentarios en los almacenes de Gaza se encuentran en niveles críticos, según datos recabados por organizaciones socias de Naciones Unidas.