El Secretario General de la ONU, António Guterres, confirmó que la Franja de Gaza atraviesa oficialmente una hambruna, según los criterios de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC). La crisis, afirmó, no se debe a la falta de alimentos en el mundo, sino al “colapso deliberado de los sistemas necesarios para la supervivencia humana”.
“Es un desastre provocado por el hombre, una crítica moral y un fracaso de la humanidad”, declaró Guterres, quien enfatizó que Israel, como potencia ocupante, tiene la obligación legal de garantizar el suministro de comida y medicinas.
Impacto devastador
El IPC estima que para finales de septiembre más de 640,000 personas enfrentarán niveles catastróficos de inseguridad alimentaria (Fase 5), mientras que otros 1.5 millones estarán en fases 3 y 4. La ONU alerta que cientos de miles de gazatíes pasan días sin comer y que la desnutrición infantil alcanza cifras récord: más de 12,000 niños con desnutrición aguda solo en julio, seis veces más que a inicios de 2025.
Responsabilidad y acusaciones
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, sostuvo que usar la inanición como arma constituye un crimen de guerra. Por su parte, Philippe Lazzarini, jefe de la UNRWA, acusó directamente al gobierno de Israel de provocar intencionalmente la hambruna al bloquear durante meses el ingreso de alimentos y medicinas.
El coordinador humanitario Tom Fletcher denunció que los alimentos permanecen almacenados “a pocos cientos de metros de Gaza” debido a obstrucciones en la frontera: “Es una hambruna del siglo XXI vigilada por drones y la tecnología militar más avanzada de la historia”.
La ONU y sus agencias exigieron un alto el fuego inmediato, la entrada sin trabas de ayuda humanitaria y la liberación de los rehenes. Advirtieron que una intensificación militar en la ciudad de Gaza agravaría aún más la catástrofe humanitaria, dejando sin posibilidad de escapar a niños, ancianos y personas con discapacidad.
Foto: © UNOCHA/Olga Cherevko