El Papa Francisco será dado de alta este domingo 23 de marzo tras permanecer internado casi 40 días en el Hospital Gemelli, en Roma, a causa de una grave neumonía bilateral. El doctor Sergio Alfieri, responsable de su atención médica, confirmó que el Pontífice, de 88 años, podrá regresar a su residencia en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, donde continuará con cuidados especiales.
Aunque su salud ha mostrado una mejoría estable en las últimas dos semanas, los médicos aclararon que el Papa no ha vencido del todo la infección polimicrobiana que afectó sus vías respiratorias. Aún persisten bacterias, virus y hongos que tardarán meses en eliminarse, por lo que deberá seguir con terapia farmacológica, oxígeno suplementario y ejercicios de rehabilitación.
Durante su hospitalización, el Papa enfrentó dos momentos críticos que pusieron en riesgo su vida, aunque nunca fue intubado. Además, desarrolló diabetes, la cual ya ha sido controlada, y su capacidad para hablar se ha visto afectada por el uso de dispositivos médicos, aunque los médicos esperan una pronta recuperación del habla.
Francisco hará una breve aparición pública este domingo desde la ventana del hospital para impartir la bendición apostólica a los fieles. Su regreso a la agenda oficial podría ocurrir a finales de mayo, siempre y cuando su convalecencia evolucione favorablemente.