El nuevo Papa León XIV ha llamado la atención no solo por su mensaje pastoral, sino por un detalle poco habitual en el Sumo Pontífice: lleva un Apple Watch y un iPhone. A primera vista, estos dispositivos podrían parecer un lujo, pero para el líder de la Iglesia Católica, representan una herramienta funcional para cuidar su salud y mantenerse activo.
Con 69 años, León XIV es más joven que sus antecesores Benedicto XVI y Francisco al asumir el papado, pero, como todo adulto mayor, enfrenta riesgos naturales para la salud. En este contexto, el Apple Watch le permite monitorear frecuencia cardíaca, realizar electrocardiogramas y recibir alertas de caídas, lo que podría prevenir emergencias.
Desde una perspectiva doctrinal, el uso de tecnología como esta no contradice los valores de la Iglesia, siempre que se haga con templanza y propósito. El Concilio Vaticano II y discursos papales recientes han llamado a usar los avances tecnológicos con ética, promoviendo el cuidado del prójimo y la salud, sin caer en el lujo o la ostentación.
El propio Papa Francisco subrayó alguna vez que la tecnología debe servir para “ayudar a los pobres, mejorar la vida de los enfermos y fomentar relaciones humanas”. León XIV, al portar un Apple Watch, no se aleja de esa línea: muestra que es posible hacer uso responsable de la tecnología con fines saludables y pastorales, sin perder de vista la sencillez.