La confirmación de Bad Bunny como artista principal del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX desató una intensa controversia política y cultural en Estados Unidos. La organización Turning Point USA, fundada por el activista conservador Charlie Kirk, anunció un “show alternativo” al considerar que el cantante puertorriqueño “no representa los valores tradicionales estadounidenses”.
El anuncio se suma a las críticas del expresidente Donald Trump y del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, quienes calificaron la decisión de la NFL, Apple Music y Roc Nation como un error. Johnson incluso propuso que el músico country Lee Greenwood sea el sustituto de Bad Bunny, al considerar que su estilo encarna mejor “el patriotismo estadounidense”.
Turning Point USA, que ha ganado fuerza entre jóvenes conservadores, convocó a sus seguidores a votar por el tipo de espectáculo que ofrecerán durante el Super Bowl, con opciones que van desde música tradicional hasta alabanzas religiosas. La agrupación, actualmente dirigida por Erika Kirk, prometió una alternativa “más acorde con los valores del país”.
Mientras tanto, la NFL mantiene su decisión y ha defendido la elección de Bad Bunny, argumentando que representa la diversidad cultural y la proyección global del evento deportivo más visto del mundo. Sin embargo, el debate político promete seguir encendido conforme se acerque el espectáculo del 8 de febrero de 2026.