El chisme es más que un simple pasatiempo o una práctica mal vista. Según expertos en evolución y antropología, hablar sobre los demás forma parte de un comportamiento social profundamente humano, presente en todas las culturas y épocas.
Para la antropóloga Nicole Hess, el chisme es un intercambio de información sobre la reputación de alguien, que puede tener efectos positivos o negativos. Lejos de ser solo maledicencia, también fortalece vínculos, establece jerarquías y ayuda a saber en quién confiar.
El académico Robin Dunbar sostiene que, en lugar de “acicalarse” como los primates, los humanos usamos el lenguaje y el chisme para crear comunidad. Estudios recientes revelan que incluso aumenta la cooperación entre personas.
Además, puede ser una herramienta de supervivencia social, especialmente entre mujeres en contextos de riesgo. Aunque puede dañar reputaciones, también protege y une.
El chisme, en resumen, es diversión, defensa y conexión.
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