Promesas de empleo con sueldos atractivos y sin requisitos de experiencia llevaron a tres hombres a caer en las garras del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes, sin saberlo, llegaron a una escuela de sicarios en Puerto Vallarta, Jalisco. Sus testimonios forman parte de una carpeta de investigación por desaparición forzada y revelan las reglas, el modus operandi y las amenazas que enfrentaron.
Los jóvenes creían que trabajarían como jornaleros cargando mercancía por sueldos de 2 mil a 4 mil pesos semanales. Tras ser contactados vía redes sociales, fueron llevados a una casa vigilada donde convivieron con otros hombres en las mismas condiciones. Allí, las reglas eran claras: no robar, no drogarse y no pelearse entre compañeros, además de no entrar a cuartos cerrados.
En ningún momento se les informó de manera directa que el empleo consistía en entrenamiento militar para convertirse en sicarios. Solo tras insistir, los líderes les revelaron que su futuro implicaba aprender defensa personal y manejo de armas para trabajar con el CJNG, y que quien intentara huir, moriría. “La única salida era con los pies por delante”, contaron.
Los tres testigos, originarios de Colima y Manzanillo, fueron rescatados por autoridades el 10 de octubre de 2017, gracias a la investigación por la desaparición de otro joven que estaba con ellos en la misma “escuela”.
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