Rusia lanzó en la madrugada de este miércoles un ataque masivo contra la infraestructura energética de Ucrania, empleando más de 40 misiles y 70 drones, según informó el presidente ucraniano Volodímir Zelenski a través de sus redes sociales. A pesar de que las defensas aéreas ucranianas lograron interceptar 30 misiles y la totalidad de los drones, los bombardeos causaron daños significativos a infraestructuras críticas de energía y gas, esenciales para la población en pleno invierno.
“Estamos en mitad del invierno y el objetivo de los rusos sigue siendo el mismo: nuestro sistema de energía”, señaló Zelenski, quien también reiteró la urgencia de ampliar las capacidades de defensa aérea del país. El mandatario subrayó que algunos sistemas prometidos por los aliados internacionales aún no han llegado y destacó la necesidad de impulsar la producción local de sistemas antimisiles como garantía de seguridad.
Blancos estratégicos bajo fuego
Regiones como Ivano-Frankivsk, Leópolis y Jmelnitski, situadas en el oeste de Ucrania, fueron impactadas en esta nueva ofensiva. En estos ataques, Rusia parece haber enfocado sus esfuerzos en destruir depósitos de gas y otras instalaciones estratégicas cerca de la frontera con Polonia, lo que podría representar un cambio en su estrategia para socavar la infraestructura crítica en esa área.
“No hubo víctimas, pero sí daños significativos”, informó Maksym Kozytsky, gobernador de Leópolis. La región, que alberga infraestructuras clave para la distribución de energía, ha sido uno de los principales objetivos en los recientes bombardeos rusos.
Respuesta tras ofensivas ucranianas
Este ataque ocurre un día después de que Ucrania lanzara una ofensiva masiva con drones y misiles contra infraestructuras militares en varias regiones de Rusia, según informó el Ministerio de Defensa de Moscú. Rusia, en respuesta, afirmó haber alcanzado todos sus objetivos energéticos en Ucrania, intensificando un conflicto que sigue centrado en debilitar los sistemas de soporte esenciales del país.
El recrudecimiento de los ataques rusos contra Ucrania refleja una estrategia dirigida a desgastar la resistencia ucraniana durante los meses más fríos del año. Mientras tanto, Kiev continúa presionando a sus aliados para obtener más apoyo en defensa aérea y garantizar la protección de sus infraestructuras clave.