Durante la madrugada del sábado 31 de mayo, Rusia lanzó una ofensiva aérea masiva contra Ucrania con un total de cinco misiles y 109 drones, según informó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas. De los ataques, las defensas aéreas lograron derribar tres misiles guiados y 69 drones, mientras que otros 30 aparatos no tripulados fueron desactivados mediante guerra electrónica.
Los misiles utilizados incluyeron dos S-300 lanzados desde Kursk y tres Kh-59/69 desde el espacio aéreo de Bélgorod. Además, se desplegaron 107 drones Shahed, incluyendo réplicas sin explosivos destinadas a confundir los sistemas de defensa, y dos drones a reacción no identificados.
Los ataques afectaron principalmente a las regiones de Jarkiv, Sumi y Donetsk, con impactos en al menos trece localidades. En la región de Zaporiyia, una niña de nueve años murió y un adolescente de 16 resultó herido por bombas teleguiadas. En Jersón, un hombre de 66 años también falleció por un bombardeo ruso.
Del lado ruso, el gobernador de Kursk reportó 14 heridos presuntamente causados por drones ucranianos, uno de ellos en estado grave.
Este nuevo ataque confirma la escalada del conflicto y deja nuevamente a la población civil entre los principales afectados.