Ucrania vivió uno de los mayores bombardeos de las últimas semanas luego de que Rusia lanzara 574 drones y 40 misiles durante la noche del miércoles, de los cuales las fuerzas ucranianas aseguraron haber derribado 577 aparatos aéreos. Los ataques alcanzaron varias regiones del país, incluidas zonas occidentales que hasta ahora se mantenían fuera del alcance frecuente de la ofensiva rusa.
En Leópolis, un ataque dejó un muerto y tres heridos, además de daños en más de 20 edificios civiles, entre ellos una guardería. En Mukachevo, en la región de Transcarpatia, 15 personas resultaron heridas tras el impacto de misiles en una empresa estadounidense de electrónica, lo que evidenció la vulnerabilidad de instalaciones estratégicas en la frontera con Hungría y Eslovaquia.
El ministro de Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, confirmó que en la ofensiva se emplearon misiles hipersónicos, balísticos y de crucero. Subrayó que el bombardeo demuestra la urgencia de fortalecer la defensa aérea ucraniana con apoyo internacional. Mientras tanto, el presidente Volodymyr Zelensky reiteró su disposición a dialogar con Vladimir Putin en una “Europa neutral”, mencionando a Suiza, Austria o Turquía como posibles sedes, pero descartó a Budapest por la cercanía del gobierno húngaro con Moscú.
Los ataques ocurrieron en paralelo a los esfuerzos diplomáticos encabezados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en los últimos días sostuvo reuniones por separado con Putin en Alaska y con Zelensky y líderes europeos en Washington. Trump planteó inicialmente un encuentro trilateral, aunque después sugirió que las conversaciones entre los mandatarios podrían celebrarse sin su presencia directa.
A más de tres años de la invasión rusa, Moscú controla cerca de una quinta parte del territorio ucraniano, incluidas las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia, Jersón y la península de Crimea. Mientras las líneas del frente se mantienen prácticamente estancadas, Rusia ha intensificado su ofensiva aérea sobre ciudades y objetivos estratégicos, lo que mantiene elevada la tensión en la región y refuerza la presión internacional para lograr un cese al fuego.
