El gobierno de Rusia pidió tiempo para analizar el ultimátum lanzado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien este lunes dio a Moscú un plazo de 50 días para terminar su ofensiva militar en Ucrania o enfrentarse a severas sanciones económicas, incluidas medidas contra sus aliados comerciales.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó de “serias” las declaraciones del mandatario estadounidense y aseguró que Rusia mantiene su disposición al diálogo, aunque cuestionó el efecto real del anuncio. “Necesitamos tiempo para analizar lo dicho en Washington. Si el presidente Putin lo considera necesario, hará una declaración”, dijo.
Trump advirtió que, de no alcanzarse un acuerdo de paz en ese plazo, se impondrán “aranceles secundarios”, sanciones que afectarían a los países que mantengan relaciones comerciales con Rusia. Según datos del gobierno ruso, sus principales socios comerciales en 2024 fueron China, India, Turquía y Bielorrusia.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha intentado ejercer presión para acelerar las negociaciones entre Rusia y Ucrania. Aunque inicialmente mostró cercanía con Vladimir Putin, en las últimas semanas el presidente estadounidense ha manifestado su frustración por la falta de avances. “Estoy decepcionado. Pensé que ya tendríamos un acuerdo hace dos meses”, dijo.
Además del ultimátum, Trump anunció un nuevo acuerdo con la OTAN para suministrar armamento a Ucrania. La alianza militar comprará equipo militar a empresas estadounidenses —incluidas baterías antimisiles Patriot— que serán enviadas al frente de batalla. Estados Unidos no cubrirá el costo, sino que los países europeos asumirán el gasto.
Por su parte, China respondió a las amenazas de sanciones asegurando que “la coerción no resuelve los problemas”, en un claro rechazo a las presiones estadounidenses.
El Kremlin señaló que espera propuestas concretas de Ucrania para reanudar una tercera ronda de negociaciones de paz, luego de dos intentos fallidos. Sin embargo, los principales obstáculos siguen siendo las exigencias de Rusia: que Ucrania renuncie a unirse a la OTAN y ceda formalmente el control de Crimea y otras cuatro regiones ocupadas.