El Caribe mexicano se prepara para una de las peores temporadas de sargazo en su historia reciente. Según datos de la Red de Monitoreo del Sargazo y autoridades científicas, el volumen de esta macroalga podría aumentar hasta un 40 % en comparación con años anteriores, afectando severamente a destinos turísticos como Cancún, Playa del Carmen y Tulum.
En mayo, se registraron más de 37 millones de toneladas flotando en el Caribe, una cifra que supera incluso los niveles de 2018, considerado hasta ahora el año más crítico. Las previsiones apuntan a que el fenómeno podría prolongarse hasta diciembre, agravado por el cambio climático, el calentamiento del mar y la acumulación de nutrientes vertidos por ríos sudamericanos.
La Secretaría de Marina y gobiernos locales han reforzado sus operativos de contención con buques especializados, brigadas de limpieza y apoyo del sector turístico. No obstante, autoridades reconocen que es imposible mantener las playas completamente limpias sin un plan integral de largo plazo.
El sargazo, si bien tiene un rol ecológico en mar abierto, representa una seria amenaza cuando llega en exceso a la costa: genera malos olores, afecta arrecifes, degrada la calidad del agua y representa un riesgo para la salud humana, especialmente para personas con enfermedades respiratorias.
Expertos insisten en la necesidad de respuestas estructurales, como el tratamiento de residuos en origen y acuerdos internacionales que limiten las descargas contaminantes, además del impulso a proyectos que aprovechen el sargazo como recurso útil.