En México, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) establece que los depósitos en efectivo a cuentas bancarias no deben superar los $15,000 al mes si no se quiere pagar impuestos adicionales. Este límite incluye ingresos como sueldos, ahorros o transferencias de dinero.
Si superas los $15,000 en un mes, deberás pagar un impuesto equivalente al 3% del excedente. Por ejemplo, si depositas $26,000, el excedente sería de $11,000, lo que generaría un impuesto de $330.
Aunque el SAT no supervisa directamente las cuentas bancarias, sí puede intervenir en caso de detectar irregularidades en las declaraciones fiscales. Además, los bancos están obligados a reportar transacciones que excedan este límite como parte de las medidas para prevenir la evasión fiscal y garantizar la transparencia financiera.
Es importante tener en cuenta que estas regulaciones buscan identificar el origen de los fondos y asegurar la equidad en el sistema tributario. Si manejas ingresos que superen este monto, asegúrate de cumplir con tus obligaciones fiscales para evitar sanciones.