El Senado aprobó por vía rápida la nueva Ley de Aguas impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, apenas horas después de recibirla. Con el respaldo de Morena y aliados, la legislación avanzó pese a semanas de protestas de organizaciones campesinas que bloquearon carreteras y aduanas en más de 20 Estados. Líderes del campo calificaron el proceso como una “traición”, pues aseguran que las modificaciones de última hora no resuelven los puntos más sensibles.
Uno de los temas centrales es que las concesiones de agua ya no podrán transmitirse entre particulares, lo que, según los productores, dejará sin valor sus tierras. Opositores en el Senado acusaron a Morena de buscar control político del recurso. La ley ahora pasó al Ejecutivo para su publicación, mientras los campesinos anticipan un aumento en las movilizaciones en todo el país.