La presidenta Claudia Sheinbaum ha sido incluida en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo de la revista TIME, consolidando así su perfil como una figura clave en el escenario internacional en 2025. Este reconocimiento no solo representa un orgullo para México, sino que marca un momento histórico: es la primera vez que una mujer presidenta del país es destacada en dicha lista, dentro de la categoría de “Líderes”.
El perfil de Sheinbaum fue escrito por el periodista Jorge Ramos, quien la describe como una científica del clima convertida en líder nacional. El texto subraya no solo su formación técnica, sino también su temple ante los desafíos más urgentes: el combate a la violencia vinculada al crimen organizado y la compleja relación diplomática con Estados Unidos, ahora bajo el segundo mandato de Donald Trump.
En el contexto actual, Sheinbaum se enfrenta a una nación que, si bien la eligió con una contundente mayoría, sigue marcada por profundas heridas: más de 180 mil homicidios registrados durante la administración anterior, crisis migratorias en ascenso y presiones económicas desde el norte. En este escenario, la presidenta ha optado por un discurso sereno, sin confrontaciones abiertas con su antecesor, y con ajustes paulatinos en la estrategia de seguridad.
TIME también destaca su insistencia en el uso del término “Presidenta” y su lema de gobierno: “Es tiempo de mujeres”, reflejo de un mandato con fuerte carga simbólica para la equidad de género en el país. Su partido, Morena, mantiene el control del Congreso y la mayoría de los gobiernos estatales, lo que le da un margen de acción política que pocos líderes han tenido.
Antes de Sheinbaum, solo dos presidentes mexicanos habían sido reconocidos por TIME: Enrique Peña Nieto en 2013 y Andrés Manuel López Obrador en 2019. Ahora, Claudia Sheinbaum se une a ese reducido grupo, con el matiz distintivo de ser la primera mujer en hacerlo desde la silla presidencial.
La inclusión en el TIME 100 no resuelve los desafíos que enfrenta México, pero sí coloca a su presidenta bajo los reflectores del mundo. La mirada global está sobre ella, y el reto no es solo mantener esa atención, sino traducirla en resultados que devuelvan la esperanza a millones de mexicanas y mexicanos.