El comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta 51, mayor general Scott Sherman, confirmó que los 4,700 soldados de la Guardia Nacional y marines desplegados en Los Ángeles tienen autorización para detener temporalmente a civiles si es necesario, aunque no pueden realizar arrestos. Esta medida busca proteger a agentes y edificios federales tras las recientes protestas por operativos de ICE en la ciudad.
“Estamos ahí para proteger al personal federal”, declaró Sherman, añadiendo que si un agente es agredido, los militares pueden intervenir, detener al responsable y esperar a que agentes de la ley realicen el arresto correspondiente. También indicó que los marines están siendo entrenados en técnicas de manejo de multitudes en la Estación Naval de Armas de Seal Beach.
El despliegue militar fue ordenado por el presidente Donald Trump sin la aprobación del gobernador de California, y tendrá un costo estimado de 134 millones de dólares por hasta 60 días. Las protestas en Los Ángeles estallaron tras una serie de redadas de ICE, que han generado tensión entre la comunidad inmigrante y las autoridades.