Acapulco, Gro. a 6 de julio del 2024.- El 7 de julio de 1867, en una ceremonia memorable, fueron beatificados 206 Mártires del Japón, entre ellos el acapulqueño Fray Bartolomé Díaz-Laurel. La ceremonia se llevó a cabo en la Basílica de San Pedro en Roma, organizada por los Cardenales y miembros de la Sacra Congregación de los Ritos, ahora conocida como la Congregación para las Causas de los Santos.
Monseñor Bartolini, Secretario General de la Congregación, junto a los superiores de las órdenes religiosas de los beatos (Dominicos, Agustinos, Jesuitas y Franciscanos), dieron lectura a la Bula de Beatificación “Martyrum rigata sanguine”, proclamada por el Papa Pío IX el 7 de mayo de 1867. La ceremonia incluyó la entonación del Te Deum, acompañado por campanas y morteros, y la revelación de las imágenes de los mártires en el altar.
Posteriormente, Monseñor Puecher-Passavalli, Arzobispo de Iconium y Vicario de la Basílica, celebró una solemne misa con música dirigida por el Maestro Salvatore Meluzzi. Al atardecer, el Papa Pío IX, junto a los Cardenales, veneró a los nuevos beatos, y los superiores de las órdenes religiosas ofrecieron reliquias y otros dones al Pontífice.
La Basílica Vaticana fue decorada espléndidamente por el arquitecto Fontana, con representaciones de los milagros y prodigios de los beatos. La jornada culminó con la adoración del Santísimo Sacramento y la solemne entonación de Vísperas.
La memoria litúrgica de estos mártires se celebra el 10 de septiembre, con oficio y misa dedicados a ellos, en reconocimiento a su sacrificio y devoción