Una tragedia golpeó nuevamente a Afganistán luego de que un fuerte terremoto de magnitud 6.0 sacudiera la región este del país la noche del domingo, dejando más de 800 muertos y al menos 2,500 heridos, según reportó este lunes el gobierno talibán.
El epicentro se localizó a 27 kilómetros de la ciudad de Jalalabad, en la provincia de Nangarhar, con apenas ocho kilómetros de profundidad, lo que provocó devastación en aldeas enteras de Kunar y comunidades rurales. Muchas de las casas, construidas con barro y madera, colapsaron casi por completo, sepultando a familias enteras bajo los escombros.
Rescatistas y habitantes trabajaron toda la noche con palas, herramientas improvisadas e incluso con las manos para intentar encontrar sobrevivientes. “Los niños están bajo los escombros. Los ancianos están bajo los escombros. Necesitamos ayuda”, suplicó un aldeano de Nurgal, una de las zonas más afectadas.
El testimonio de Sadiqullah, sobreviviente de la localidad de Maza Dara, refleja la magnitud del desastre: logró salvar a tres de sus hijos antes de quedar atrapado entre los restos de su vivienda. Su esposa y dos hijos murieron, mientras que su padre resultó herido. “Se sintió como si toda la montaña temblara”, relató desde el hospital de Nangarhar.
Las operaciones de rescate continúan en condiciones extremadamente difíciles debido a la geografía montañosa y la precariedad en las comunicaciones. Equipos médicos han sido desplegados desde Kunar, Nangarhar y Kabul, mientras helicópteros trasladan a heridos graves a hospitales. Las autoridades advierten que la cifra de víctimas podría aumentar en las próximas horas.
El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, expresó sus condolencias y ofreció apoyo al pueblo afgano. El temblor también se sintió en Islamabad, aunque sin reportes de daños.
Afganistán ha enfrentado varios terremotos mortales en los últimos años. En octubre de 2023, un sismo de magnitud 6.3 dejó miles de víctimas, en lo que se considera uno de los peores desastres naturales recientes del país.