La movilidad sustentable podría dar un paso importante en México con la llegada del Toyota Mirai, un coche impulsado por hidrógeno que promete cero emisiones contaminantes y una amplia autonomía. Aunque este sedán ya circula en lugares como California, donde hay infraestructura para recargarlo, su adopción en México aún enfrenta retos importantes.
El principal obstáculo es la falta de infraestructura para producir, almacenar y distribuir hidrógeno. Aunque México tiene potencial para generar hidrógeno verde —particularmente en estados como Oaxaca, Campeche y Durango—, el desarrollo de esta tecnología está en fases tempranas y depende de inversiones tanto nacionales como extranjeras.
Toyota, una de las marcas más activas en esta tecnología, ofrece atractivos incentivos en Estados Unidos, como 15 mil dólares en combustible gratuito al adquirir un Mirai. Aun así, en 2024 solo se vendieron 499 unidades, una caída del 82 % respecto a 2023, lo que muestra que los consumidores siguen siendo escépticos ante esta alternativa.
Expertos señalan que, aunque México mantiene vínculos comerciales con potencias que ya trabajan con hidrógeno, como Estados Unidos y Canadá, será necesario fortalecer el marco legal, mejorar la extracción del recurso y crear infraestructura para que los autos de hidrógeno sean viables.
El camino está trazado, pero la tecnología aún no despega. El Mirai podría ser el primer coche de hidrógeno en México, pero para verlo en las calles de forma cotidiana, aún falta mucho por recorrer.