El tráfico de migrantes en México sigue cobrando vidas. El pasado fin de semana, una camioneta que transportaba a migrantes hacia la frontera con Estados Unidos fue acribillada en Sonora, dejando un menor muerto y ocho heridos, en su mayoría haitianos. Este incidente es solo uno de los muchos que ocurren en esta región, donde cárteles criminales luchan por controlar las lucrativas rutas de tráfico de personas, drogas y armas.
La frontera entre México y Estados Unidos se ha convertido en la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo, según la ONU. A pesar de los riesgos, cerca de un millón de personas cruzaron por Sonora en 2023. El tráfico de migrantes es un negocio millonario para el crimen organizado, generando ganancias anuales estimadas en más de 12 mil millones de dólares. Los migrantes, que a menudo pagan sumas exorbitantes, enfrentan la posibilidad de ser abandonados o asesinados en su travesía.
El tráfico de personas se ha sofisticado, con la oferta de “paquetes VIP” para migrantes extracontinentales, que pueden costar hasta 60 mil dólares. Sin embargo, la complicidad y permisividad de las autoridades mexicanas hacen que este peligroso negocio continúe en auge.
Con información de DW
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