El choque entre un avión regional de American Airlines y un helicóptero Black Hawk del Ejército estadounidense dejó un saldo devastador: se presume que los 67 pasajeros a bordo han fallecido. Esta tragedia se perfila como el peor desastre aéreo en EE.UU. desde 2001.
Entre las víctimas se encontraba Sam Lilley, primer oficial del vuelo, quien estaba a punto de casarse. Su padre, un ex piloto del Ejército, responsabilizó al helicóptero militar por la colisión. También murió el capitán Jonathan Campos, descrito por su familia como un apasionado de la aviación.
Otro de los fallecidos fue Ian Epstein, auxiliar de vuelo, recordado por su hermana como un hombre carismático y amante de su trabajo.
Entre los pasajeros estaba Asra Hussain Raza, de 26 años, hija de inmigrantes indios y consultora en Washington. Su suegro la describió como alguien que “se desvivía por los demás”.
Además, cuatro miembros del sindicato de instaladores de vapor perdieron la vida en el siniestro.
La tragedia también golpeó al mundo del patinaje artístico: fallecieron los campeones del mundo de 1994, Evgenia Shishkova y Vadim Naumov, junto con sus colegas Jinna Han y Spencer Lane, así como las madres de ambos patinadores.
La comunidad del patinaje, incluida la leyenda Nancy Kerrigan, expresó su consternación por la pérdida de estos atletas y entrenadores, quienes regresaban de un evento deportivo en Kansas.
El accidente ha dejado un profundo impacto, no solo en las familias de las víctimas, sino en diversas comunidades que hoy lloran su partida.