El presidente Donald Trump declaró una “emergencia pública” en la capital de EE.UU., poniendo a la policía metropolitana bajo control federal y desplegando 800 tropas de la Guardia Nacional, además de agentes del FBI, ICE, ATF y Seguridad Interna. Justificó la medida con cifras de criminalidad infladas o desactualizadas, asegurando que la tasa de homicidios de Washington supera la de Bogotá o Ciudad de México.
Sin embargo, datos oficiales muestran que el crimen en D.C. ha caído drásticamente en 2024: homicidios -65%, robo de autos -75% y crimen violento en su nivel más bajo en 30 años. La alcaldesa Muriel Bowser rechazó la narrativa de aumento delictivo, y cientos de residentes protestaron frente a la Casa Blanca con pancartas contra la militarización.
Trump también anunció que detendría y expulsaría a las personas sin techo, eliminaría límites a la actuación policial y cambiaría leyes locales sobre fianzas y delitos juveniles. Mencionó que podría aplicar medidas similares en Chicago, Los Ángeles y Nueva York, aunque reconoce que sería legalmente más difícil.