La administración de Donald Trump despidió a varios funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) bajo el argumento de que no estaban alineados con la agenda “Make America Great Again” (MAGA). La medida surge tras una investigación interna presentada por la activista Laura Loomer, quien acusa a miembros del gobierno de oponerse activamente al presidente.
Según reportes de The New York Times y AP, entre tres y seis funcionarios fueron cesados, tanto de alto rango como de menor nivel. Loomer, conocida por promover teorías conspirativas, presentó su investigación en una reunión privada en la Oficina Oval, en la que también participaron el vicepresidente JD Vance, la jefa de gabinete Susie Wiles, y el asesor de seguridad nacional Mike Waltz.
Este movimiento ocurre en medio del escándalo Signalgate, luego de que Waltz añadiera por error al periodista Jeffrey Goldberg a un grupo de Signal en el que se discutían detalles sensibles de ataques militares contra los hutíes en Yemen. Aunque Waltz asumió la responsabilidad del error, el daño ya estaba hecho: se reveló el uso de la app para debatir operaciones con información potencialmente clasificada.
Loomer también se había quejado de haber sido excluida del proceso de revisión del NSC, alegando que Waltz había priorizado a conservadores “no lo suficientemente MAGA”. Esta pugna interna refleja una creciente purga dentro del gobierno para asegurar una estructura plenamente leal a Trump y su visión de “Estados Unidos Primero”.
Los despidos alcanzaron incluso a figuras fuera del NSC. Adam Schleifer, fiscal federal adjunto, fue despedido días después de que Loomer lo mencionara en redes sociales, sin explicación oficial alguna.
